FECHA: Marzo de 2016
Programa con
el cual los estudiantes de los grados 0º,1º,2º,3º, 4°y 5º de la
Institución Educativa Nueva Granada, Sede Fabio Salazar Gómez
Rinden
homenaje al Pabellón Nacional
Valor a
resaltar: La Responsabilidad
1. Himno a la República de Colombia.
2. Himno a la Ciudad de Cartago
3. Juramento a la Bandera
4. Cuento y socialización :
"La nave que se limpiaba sola"
Autor: Eva María Rodríguez
Valores: ayudar, responsabilidad, orden
5. Estudiantes que se destacan por el Valor de la Responsabilidad
6. Adivinanzas a cargo de Luis Fernando de grado 5
7. Poesía una gotita a cargo de Sandra milena de grado
5
8. Versos chistosos a cargo de Isabela de grado 4
9. Versos y rimas a cargo de los estudiantes de grado 3
10. Ronda café té y chocolate a cargo de Hellen Susana
de grado 2
11. Poema “caminito” a cargo de Natalia naranjo de grado
1
12. Baile de reggaetón a cargo de las niñas de la sede.
13. Himno a la Institución Educativa Nueva Granada
14. Desfile a los salones.
Los estudiantes
destacados por el Valor de la responsabilidad son:
Natalia
Naranjo Córdoba Grado 1
Julieth Alejandra Ramírez Grado 3
Cuentos originales
Autor:
Eva María Rodríguez
Valores:
ayudar, responsabilidad, orden
La
nave que se limpiaba sola
Adela
soñaba con vivir en la Luna. Su padre, que era un gran inventor, decidió darle
gusto a su hija y construyó una nave espacial con la que irían a la Luna y se
quedarían allí a vivir.
Pero
Adela era muy desordenada, y no ayudaba nada en casa. Dejaba todo tirado y
revuelto constantemente. Ni siquiera era capaz de tirar los papeles a la
papelera.
Su
padre le dijo que, si quería viajar a la Luna, tendría que aprender a ser más
ordenada y ayudar un poco.
-
Adela, la nave no será muy grande. Si no eres más cuidadosa con las cosas,
estar allí dentro será un desastre -le dijo su padre.
-
Vale, papá, con tal de ir a la Luna, lo que sea -le dijo Adela.
Pero
la cosa seguía igual. Así que el papá de Adela inventó un sistema automático
capaz de limpiarlo todo y lo instaló en la nave.
Llegó
el gran día y la familia al completo embarcó rumbo a la Luna. La nave que
construyó el padre de Adela era espectacular. En vez de ser tipo cohete, como
las que usan los astronautas en sus misiones, esta nave era como un platillo
volante. Tenía varias habitaciones con baño, una cabina de mando espectacular,
un gimnasio, una biblioteca y una sala de juegos, además de una increíble
cocina en la que había provisiones para muchísimo tiempo. También había un
invernadero para cultivar vegetales que incluía un sistema de iluminación que
era igual que la luz del sol.
Y
lo mejor de todo era que se limpiaba sola. Adela estaba encantada. ¡No tendría
que recoger sus juguetes jamás!
-
Adela, las cosas no son así -le dijo su padre-. Tendrás que recoger tus
juguetes y tus cosas de todas formas, porque…
-
Vale, papá, no te preocupes. Lo haré -dijo Adela.
Pero
ella siguió a lo suyo. La primera noche, Adela decidió probar a ver qué tal
funcionaba el sistema automático de limpieza de la nave, y lo dejó todo tirado.
Al
día siguiente, estaba todo recogido. El problema es que no encontraba sus
cosas.
Ese
día hizo lo mismo. Y a la mañana siguiente, todo había desaparecido.
-
Hay que ver que forma más extraña tiene esta nave de colocarlo todo -pensó
Adela-. Aunque como yo soy tan desordenada, no tengo costumbre de saber dónde
están las cosas así que será por eso que no las encuentro por ningún lado.
Pasaron
los días y, cuando llegaron a la Luna, Adela se encontró que no tenía juguetes,
ni ropa, ni pinturas, ni cuadernos, ni sábanas limpias, ni nada. Y apenas le
quedaba ropa que ponerse.
-La
nave que se limpiaba sola ¡Papá! -dijo Adela-. Tenemos que volver a la Tierra.
¡Esta nave se ha tragado casi todas mis cosas!
-
Imposible, no podremos volver hasta dentro de dos años -dijo el padre-.
-
Además, eso que dices no puede ser. La nave solo limpia. ¿Recogiste tus cosas?
-
No... -dijo Adela-. Ya las recogía la nave, así que ¿para qué iba a hacerlo? El
problema es que no encuentro dónde lo ha puesto todo.
-
Intenté decírtelo -dijo su papá-. La nave limpia y recoge todo, pero no lo
coloca. - Tus cosas estarán en el depósito de basura de la nave.
-
¡¿Qué?! -gritó Adela.
-
Rápido, hay que ir cuanto antes a recuperarlo. Mañana está programada la
desintegración de todo lo que haya dentro.
Adela
corrió a buscar sus cosas. Tuvo que sumergirse en un mar de porquería para
recuperar sus cosas. Era eso o perder todas sus cosas.
Cuando
salió, sucia como nunca, Adela tuvo que lavarlo todo.
-
¿Aprendiste la lección? -le preguntó su padre.
-
Después de esto, creo que no la olvidaré nunca -respondió Adela.
Y
así fue como Adela aprendió a recogerlo todo, ser más ordenada y ayudar en
casa.